Resumen
El virus de la hepatitis C (VHC) es un virus de ARN hepatotrópico que causa daño hepático progresivo, que puede resultar en cirrosis hepática y carcinoma hepatocelular. A nivel mundial, entre 64 y 103 millones de personas están infectadas de forma crónica. Los principales factores de riesgo de esta infección por virus de transmisión sanguínea son el uso inseguro de drogas inyectables y los procedimientos médicos no esterilizados (infecciones iatrogénicas) en países con una alta prevalencia del VHC. Los procedimientos de diagnóstico incluyen la prueba de anticuerpos contra el VHC en suero, la medición del ARN del VHC, la determinación del genotipo y subtipo viral y, últimamente, la evaluación de las sustituciones asociadas con la resistencia. Se encuentran disponibles varios agentes antivirales de acción directa (AAD), que se dirigen a tres proteínas involucradas en pasos cruciales del ciclo de vida del VHC: la proteasa NS3 / 4A, la proteína NS5A y la proteína NS5B de ARN polimerasa dependiente de ARN. La combinación de dos o tres de estos AAD puede curar (definida como una respuesta virológica sostenida 12 semanas después del tratamiento) la infección por VHC en> 90% de pacientes, incluidas las poblaciones que han sido difíciles de tratar en el pasado. Mientras no se disponga de una vacuna profiláctica, la pandemia del VHC debe controlarse mediante estrategias de tratamiento como prevención, programas de detección eficaces y acceso global al tratamiento.